Ensayos de nuestros anderos y costaleros

Un nuevo Domingo, un nuevo ensayo, un paso por aprender, por perfeccionar, desde la humildad de quienes somos aprendices de todo y maestros de nada, pero con el inmenso orgullo de ser la savia viva que lleva en el altar de su paso, como oración racheá, a Nuestros Benditos Titulares, Nuestro Señor Jesucristo en su Oración en el Huerto y Nuestro Padre Jesús del Calvario.

Valorar nuestro puesto en la trabajadera o palo, o nuestro cargo de capataz, como el último y más pequeño del grupo, es lo primero que hemos de aprender al aceptar este honor tan grande de ser portador de nuestro Señor.

«Un Andero nunca deja de serlo
aunque retirado del palo,
ya no pueda estar bajo sus andas,
al ver pasar la procesión
sentirá una fuerza nacida de adentro,
una ilusión, un torrente de emociones
y por ese instante creerá soportar el peso
de su querido Paso, como uno más de sus compañeros»
(Texto incluído en el vídeo dedicado al grupo de anderos)