Ya hay incienso en el aire, torrijas en la despensa, ya se oyen las bandas ensayar con toda la ilusión para los días que se avecinan, ya se sacan las túnicas del arcón o del armario, se ponen a punto, para que el domingo más esperado luzcan impecables, como el traje a estrenar, aunque tengan algunas casi medio siglo ya. El cuidado y el mimo que les hemos dedicado, hacen de nuestra túnica un objeto de culto, una pequeña obra de arte que contemplar planchada y dispuesta para cumplir un año más con el compromiso con nuestra Hermandad del Calvario. Ya es Cuaresma, tiempo de conversión y preparación.
Dice el Evangelio que Jesús «se transfiguró en presencia de ellos: su rostro resplandecía como el sol y sus vestiduras se volvieron blancas como la luz» (Mt 17,2). Aquí está la meta del camino, siempre que haya tormenta, hemos de esperar esa Luz Divina que emana de su ser y reconforta nuestro interior. Feliz Cuaresma a todos.