La imagen de Nuestro Padre Jesús del Calvario fue realizada en madera policromada por el escultor ciudadrealeño Francisco Ortega en 1998. Salió por primera vez en la procesión del Entierro de ese año, portado en andas por un grupo de doce personas, hombres y mujeres, que dieron paso en los años posteriores a la cuadrilla que componen hoy sus 32 anderos. En 2016 ha sido restaurado por el imaginero natural de Socuéllamos, con taller en Villarrobledo, Miguel Ángel Arjona. La restauración ha consistido en un cambio en las proporciones de altura, cabello de madera, corona de espinas, y expresión del rostro.

Representa a Cristo, en pie, con las manos atadas, ofreciendo su infinita misericordia y la Salvación a la que todos accedimos a través de la Cruz. En esta interpretación, podemos hablar de imagen alegórica, ya que transmite el sentido de la Fe, el Amor que nos brinda sin límites. En cuanto a representación de escenas de la Pasión, situamos su momento en el Prendimiento y Cautiverio, que se produce, tal y como San Mateo describe en el Evangelio (Mt 26, 45-56). La túnica blanca simboliza, tanto su condición de Jesús Cautivo, como la ansiada Paz que todos los cristianos deseamos para todos los pueblos del mundo. Posee, además, una túnica grana – púrpura bordada en oro, del color de nuestra Hermandad.

Nuestro Padre Jesús del Calvario ha recibido la solidaridad de los fieles de la localidad en distintas ocasiones, prácticamente todos sus enseres y hábitos han sido donados por Hermanos, o adquiridos gracias a donativos anónimos, por lo que la Cofradía siempre les estará agradecida.

La imagen fue donada por el Hermano Mayor y fundador, Francisco del Amo Martínez, y su esposa, María Paz Izquierdo Rubio.

 

Entonces vino a sus discípulos, y les dijo: «Dormid ya y descansad: He aquí ha llegado la hora, y el Hijo del Hombre es entregado en manos de pecadores».»Levantáos, vamos, ha llegado el que me va a entregar». Y hablando aún él, he aquí Judas, uno de los doce, vino, y con él mucha gente con espadas y con palos, de parte de los príncipes de los sacerdotes, y de los ancianos del pueblo. Y el que le entregaba les había dado señal, diciendo: Al que yo besare, aquél es: prendedle.Y luego que llegó a Jesús, dijo: Salve, Maestro. Y le besó. Y Jesús le dijo: Amigo, ¿á qué vienes? Entonces llegaron, y echaron mano á Jesús, y le prendieron. Y he aquí, uno de los que estaban con Jesús, extendiendo la mano, sacó su espada, é hiriendo á un siervo del pontífice, le quitó la oreja.Entonces Jesús le dice: Vuelve tu espada á su lugar; porque todos los que tomaren espada, á espada perecerán.¿Acaso piensas que no puedo ahora orar á mi Padre, y él me daría más de doce legiones de ángeles?¿Cómo, pues, se cumplirían las Escrituras, que así conviene que sea hecho? En aquella hora dijo Jesús á las gentes: ¿Como á ladrón habéis salido con espadas y con palos á prenderme? Cada día me sentaba con vosotros enseñando en el templo, y no me prendisteis.Mas todo esto se hace, para que se cumplan las Escrituras de los profetas. Entonces todos los discípulos huyeron, dejándole. Mateo 26, 45-56.