Una espléndida mañana primaveral nos permitió celebrar como se merece nuestro Domingo de Ramos. 40 años después de aquella mañana en la que desfilamos tres
nazarenos, nuestra Hermandad lo hace hoy germinada de pequeños y jóvenes cofrades que aseguran su futuro, y llenan de alegría una celebración tan hermosa como la Entrada de nuestro Señor a Jerusalén. Aprovechamos estas líneas para felicitar a nuestros sacerdotes y la Junta de Cofradías por la Bendición de Palmas en la plaza, participativa, y para todos. Continuemos pues nuestra Semana Santa, orgullosos como nunca de ser cristianos, desde la experiencia de los veteranos, al aprendizaje de los más pequeños.
